lunes, junio 04, 2007

Triste

Houston es adicta a dos de las drogas más letales que se conocen: el crack y la heroína. El crack es el nombre popular de una sustancia que se obtiene convirtiendo el clorhidrato de cocaína en cristales que pueden fumarse, y que en un primer momento dan la sensación de euforia. Pero sus efectos en la salud pueden ser mortales. El crack puede causar infarto cerebral seguido de muerte, pero además produce ansiedad, miedo, depresión, apatía, angustia, dolores de cabeza, dolores musculares, irritabilidad, insomnio, paranoia, pérdida de peso, infecciones pulmonares y distorsión en la vista. Como si esto fuera poco, es muy adictivo. Pero la heroína es aún más adictiva: es un derivado de la morfina que se puede inyectar o inhalar y que tiene sume a los que la toman en un estado de sopor y abandono del que es difícil salir. Las consecuencias de la heroína son gravísimas en el cuerpo. Entre otras cosas, produce oclusión de venas, infección de las válvulas del corazón y complicaciones pulmonares como neumonía. Los adictos suelen vivir en un estado de abandono total, y por compartir agujas para inyectarse están en riesgo de contraer Sida. Para tratar la dependencia a ambas drogas es necesario recurrir a un tratamiento, ya que son tan adictivas que pueden hacer estragos en la mente de quien las consume. Mejor que arriesgarse, dicen los especialistas, es ni probarlas.

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