“Si susana fuera como hitler, yo la seguiria amando igual”Lorna Gemetto es la fanática número uno de Susana Giménez. Y es tal su adoración que no formará una familia sin el visto bueno de la diva.
Qué es lo que lleva a alguien a ser fanático de un famoso, es un misterio para quien no siente esa misma pasión e incluso, muchas veces, también lo es para el ferviente admirador. Ese es el caso de Lorna Irina Gemetto, una abogada de 30 años "aunque no ejerzo", aclara, y fana número uno de Susana Giménez.
"Hace 20 años que soy fanática. Yo tenía diez años y fue cuando ella comenzó en la tele. Yo no la conocía, porque Susana no hacía cosas para chicos, y a mi familia no le gustaba. De todas maneras, ese día mi mamá puso el programa para ver qué hacía y cuando la vi quedé enganchada para siempre. Apenas apareció, yo la adoré. No se por qué. Yo no me acuerdo lo que Susana tenía puesto, no me acuerdo de nada más que cuando la ví pegué mi cara a la pantalla y mi mamá me apartó diciendo que me iba a hacer mal. Desde ese día no me perdí un solo programa. La adoro", dice inmersa en el mundo susanezco que se creó en la habitación que ocupa en la casa de su abuela paterna en el partido de San Martín. Allí está la computadora desde donde mantiene actualizado su blog susanaylorna.blogspot.com en el que cuenta el día a día de su fanatismo por la diva y todo lo que se va enterando de ella, ya sea porque "no me pierdo ninguna revista o programa que hable de Susana" o porque Dolores, la secretaria de la conductora, de quien Lorna tiene el celular, le va dando detalles de Susana "pero yo prefiero manejarme por mail para no molestar".
Su amor por Susana es incondicional y no conoce límites. "Yo siempre digo que no hay nada que pudiera convencerme de no amarla; yo la seguiría amando aunque Susana hubiera sido como Hitler. Y si ella, por algún motivo, no quisiera volver a verme, yo la respetaría, pero la seguiría queriendo", dice Lorna a quien sus amigos viven gastándole bromas por su devoción. "Un día me llamaron diciendo que Susana estaba internada, muy mal. Yo me desesperé y puse Crónica, y no me quedé tranquila hasta que confirmé que era mentira. Cuando ella estuvo mal, yo estaba como loca. De hecho, el 2002 y el año pasado que no estuvo en la tele fueron los peores años de mi vida. Me la pasé llorando y buscando información de ella. De todos modos, cuando me enteraba que estaba en Buenos Aires, la iba a ver a su casa de Barrio Parque y la esperaba a que saliera con el auto".
Tal es su fanatismo que su abuela recuerda la vez que "se cortó la luz, había una tormenta terrible y llorando como una loca se fue al medio de la calle a gritar para que volviera la electricidad. Yo, desesperada, me la pasé llamando a la compañía para ver cuándo reestablecían el servicio. Para mí es una barbaridad la pasión que tiene con Susana. No me parece bien. Y mucho menos lo que hizo la otra vez con su mamá". Aunque sea difícil de creer, la mamá de Lorna estaba postrada en la cama con fuertes dolores y le pidió a su hija que la acompañara. "Yo fui con la condición de que me dejara ver a Susana. Pero cuando llegó la hora del programa, cortaron el cable. Así que la dejé a mi mamá y me fui a ver el programa a mi casa", dice sin vergüenza y piensa en ir "mañana, así veo en su casa el programa porque ya avisaron que acá va a haber corte de luz. Aunque no sé, porque me dijo que si no tuve problema en dejarla mientras se moría de dolor, ahora piense a dónde voy a ver el programa, porque no va a ser en su casa". En su familia "nadie entiende que yo quiera tanto a Susana. Están hartos. Pero a mí no me importa. Para mí, Susana es mi vida y estoy muy feliz de haber pasado por primera vez mi cumpleaños con ella. La estuve esperando para que me diera un beso y ella me mandó un regalo con su chofer Marcelo: un afiche de un naipe con la imagen de ella como reina. Se lo había dado de regalo el Mago Black, y a ella le gustó pero prefirió que lo tuviera yo. Me lo mandó atado con esta cinta violeta", recuerda Lorna mientras muestra como un trofeo el afiche y aclara que "nunca tuve novio y sólo podría estar con alguien que aceptara que él está después de Susana. Y, además, ella le tendría que dar el visto bueno. De hecho, formar una familia me resultaría difícil porque yo no podría ocuparme de un hijo durante el programa. Si el bebé llorara mientras estoy mirando el programa, alguien tendría que hacerse cargo. Es más, no me imagino la vida sin Susana. "Espero morirme yo antes que ella"
http://www.revista-semanario.com.ar/ed_1455/nota_04.htm
"Hace 20 años que soy fanática. Yo tenía diez años y fue cuando ella comenzó en la tele. Yo no la conocía, porque Susana no hacía cosas para chicos, y a mi familia no le gustaba. De todas maneras, ese día mi mamá puso el programa para ver qué hacía y cuando la vi quedé enganchada para siempre. Apenas apareció, yo la adoré. No se por qué. Yo no me acuerdo lo que Susana tenía puesto, no me acuerdo de nada más que cuando la ví pegué mi cara a la pantalla y mi mamá me apartó diciendo que me iba a hacer mal. Desde ese día no me perdí un solo programa. La adoro", dice inmersa en el mundo susanezco que se creó en la habitación que ocupa en la casa de su abuela paterna en el partido de San Martín. Allí está la computadora desde donde mantiene actualizado su blog susanaylorna.blogspot.com en el que cuenta el día a día de su fanatismo por la diva y todo lo que se va enterando de ella, ya sea porque "no me pierdo ninguna revista o programa que hable de Susana" o porque Dolores, la secretaria de la conductora, de quien Lorna tiene el celular, le va dando detalles de Susana "pero yo prefiero manejarme por mail para no molestar".
Su amor por Susana es incondicional y no conoce límites. "Yo siempre digo que no hay nada que pudiera convencerme de no amarla; yo la seguiría amando aunque Susana hubiera sido como Hitler. Y si ella, por algún motivo, no quisiera volver a verme, yo la respetaría, pero la seguiría queriendo", dice Lorna a quien sus amigos viven gastándole bromas por su devoción. "Un día me llamaron diciendo que Susana estaba internada, muy mal. Yo me desesperé y puse Crónica, y no me quedé tranquila hasta que confirmé que era mentira. Cuando ella estuvo mal, yo estaba como loca. De hecho, el 2002 y el año pasado que no estuvo en la tele fueron los peores años de mi vida. Me la pasé llorando y buscando información de ella. De todos modos, cuando me enteraba que estaba en Buenos Aires, la iba a ver a su casa de Barrio Parque y la esperaba a que saliera con el auto".
Tal es su fanatismo que su abuela recuerda la vez que "se cortó la luz, había una tormenta terrible y llorando como una loca se fue al medio de la calle a gritar para que volviera la electricidad. Yo, desesperada, me la pasé llamando a la compañía para ver cuándo reestablecían el servicio. Para mí es una barbaridad la pasión que tiene con Susana. No me parece bien. Y mucho menos lo que hizo la otra vez con su mamá". Aunque sea difícil de creer, la mamá de Lorna estaba postrada en la cama con fuertes dolores y le pidió a su hija que la acompañara. "Yo fui con la condición de que me dejara ver a Susana. Pero cuando llegó la hora del programa, cortaron el cable. Así que la dejé a mi mamá y me fui a ver el programa a mi casa", dice sin vergüenza y piensa en ir "mañana, así veo en su casa el programa porque ya avisaron que acá va a haber corte de luz. Aunque no sé, porque me dijo que si no tuve problema en dejarla mientras se moría de dolor, ahora piense a dónde voy a ver el programa, porque no va a ser en su casa". En su familia "nadie entiende que yo quiera tanto a Susana. Están hartos. Pero a mí no me importa. Para mí, Susana es mi vida y estoy muy feliz de haber pasado por primera vez mi cumpleaños con ella. La estuve esperando para que me diera un beso y ella me mandó un regalo con su chofer Marcelo: un afiche de un naipe con la imagen de ella como reina. Se lo había dado de regalo el Mago Black, y a ella le gustó pero prefirió que lo tuviera yo. Me lo mandó atado con esta cinta violeta", recuerda Lorna mientras muestra como un trofeo el afiche y aclara que "nunca tuve novio y sólo podría estar con alguien que aceptara que él está después de Susana. Y, además, ella le tendría que dar el visto bueno. De hecho, formar una familia me resultaría difícil porque yo no podría ocuparme de un hijo durante el programa. Si el bebé llorara mientras estoy mirando el programa, alguien tendría que hacerse cargo. Es más, no me imagino la vida sin Susana. "Espero morirme yo antes que ella"
http://www.revista-semanario.com.ar/ed_1455/nota_04.htm
3 comentarios:
.rar
que divina
Lorna será una pelotuda pero yo ayer vi un toque del programa de la Zoo, cuando unió a la familia panameña esa y le regaló el pasaje para que se vean, y yo ahí la quise.
Qué querés que te diga, bot? yo me dije "pero es mágica la gorda esta al final! te da la felicidad"
Lorna no podía estar tan equivocada.
Lorna, tenés otro poster tamaño king kong size para mi?
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