domingo, octubre 08, 2006

Ojala lo leas 1.0

Oda a la critica del libro 'Odas elementales'
Pablo Neruda

Yo escribi cinco versos
uno verde,
otro era un pan redondo,
el tercero, una casa levantandose,
el cuarto era un anillo,
el quinto verso
era corto como un relampago
y al escribirlo
me dejo en la razon su quemadura,
y bien los hombres,
las mujeres,
vinieron y tomaron la sencilla materia,
brizna, viento, fulgor, barro, madera,
y con tan poca cosa, construyeron paredes,
pisos, suenios.
En una linea de mi poesia
secaron ropa al viento,
comieron mis palabras,
las guardaron junto a la cabecera,
vivieron con un verso,
con la luz que salio de mi costado,
entonces llego un critico, mudo
y otro lleno de lenguas,
y otros,
otros llegaron ciegos
o llenos de ojos,
elegantes algunos,
como claveles con zapatos rojos,
otros estrictamente vestidos de cadaveres,
algunos partidarios del rey
y su elevada monarquia,
otros se habian enredado en
la frente de Marx
y pataleaban en su barba,
otros eran ingleses,
sencillamente ingleses,
y entre todos,
se lanzaron con dientes y cuchillos,
con diccionarios y otras armas negras,
con citas respetables,
se lanzaron,
a disputar mi pobre poesia,
a las sencillas gentes que la amaban.
Y la hicieron embudos, la enrollaron,
la sujetaron con cien alfileres,
la cubrieron con polvo de esqueleto,
la llenaron de tinta,
la escupieron,
con suave beningnidad de gatos,
la destinaron a envolver relojes,
la protegieron,
y la condenaron,
le arrimaron petroleo,
le dedicaron humedos tratados,
la cocieron con leche,
le agregaron pequenias piedrecitas,
fueron borrandole vocales,
fueron matandole silabas y suspiros,
la arrugaron e hicieron un pequenio paquete,
que destinaron cuidadosamente a sus desvanes,
a sus cementerios,
luego se retiraron,
uno a uno,
enfurecidos hasta la locura
porque no fui bastante popular
para ellos,
o indignados de dulce menosprecio,
por mi ordinaria falta de tinieblas.
Se retiraron, todos,
y entonces, otra vez,
junto a mi poesia,
volvieron a vivir mujeres y hombres,
de nuevo hicieron fuego,
construyeron casas,
comieron pan,
se repartieron la luz,
y en el amor,
unieron relampago y anillo.
Y ahora perdonadme seniores
que interrumpa
este cuento que les estoy contando,
y me vaya a vivir para siempre con la gente sencilla.

1 comentario:

CanDe dijo...

Es tremeno ese scrito, yo tengo un mp3 con Sabina relatandolo...si lo queres avisame y te lo paso

Becho